2 de mayo de 2008

Madonna deslumbra en Nueva York

"¡Give it to me, New York!", gritaba Madonna sobre el escenario mientras cantaba la canción de su nuevo álbum, Hard Candy. Hay que dárselo, sí.
Hay que reconocer que
Madonna baila como nadie y tiene la piel de un camaleón, con una incombustible capacidad para lanzar discos superventas, acertar en los sonidos y poner de moda nuevas modas. Lo lleva ha
ciendo 25 años, y Hard Candy no es una excepción.

A punto de cumplir los 50, la reina del pop va de hip-hop, como demostró el miércoles ante los 2.200 fans que llenaron el Roseland Ballroom de Manhattan en un concierto gratuito e
íntimo (comparado con sus actuaciones en estadios) donde tocó seis canciones durante 32 minutos. Así, junto a los neones de Times Square, com
enzó la promoción de su último disco con Warner (antes de cobrar los 120 millones de dólares de su nuevo acuerdo con Live Nation), que continuará en París y Londres. Vestida de negro, con levita, rosa roja en la solapa, bastón dorado y botas de dominatrix, la diva apareció sentada en un trono cuando sonaban los primeros acordes de Candy Shop.

"¿Estáis preparados?", preguntó a los entregados fans, y se colgó una guitarra al hombro (quizá recordando que es una "rockera" oficial, reconocida por el Salón de la Fama del rock and roll), para cantar otro tema nuevo,
Miles Away.

CHÁNDAL NEGRO A RAYAS DORADAS En ese momento ya lucía su nueva imagen: chándal negro con rayas doradas, camiseta de encaje, collar con su nombre, guantes de break dance. Y llegó el invitado especial, Justin Timberlake, su socio creativo en Hard Candy, para cantar a dúo 4 minutes y demostrar que los blancos también bailan. "Me siento la mujer más afortunada del mundo por trabajar con Justin, Timbaland, Pharrell y Kanye West", repitió Madonna. Y añadió: "Pero eso es todo lo que puedo sacar del presente. ¡Que se joda el presente! Vamos a viajar al pasado. Esta es para todos los que esperaron en la calle anoche", dijo a sus fans, apostados durante dos días frente al teatro para lograr alguna de las 750 entradas (otras 1.000 se repartieron en concursos de radio y 200 entre su club de fans).
Hung up y Music cerraron el show, emitido en directo por internet y teléfonos móviles de todo el mundo. "Todos los que me conocen saben cómo odio esperar", confesó momentos antes de volver al trono y desaparecer.







Fuente:elperiodico

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